Por Veronica Montesino Masson
Ya estamos en Otoño y va quedando poco para el Invierno e indudablemente la temperatura comienza a cambiar. Nuestra piel como órgano protector y receptor lo percibe. Incluso sin verificar que temperatura habrá en el día, nuestra piel nos da el aviso tanto con la sensación de calor o simplemente cuando notamos cierta resequedad que puede conllevar a la aparición de pequeñas estrías.
La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo consta de tres capas: epidermis, dermis e hipodermis. A pesar de que creemos que su función principal es de protección, tiene función termorreguladora ya que ayuda a regular la temperatura corporal en ambientes de frío o calor, ya sea mediante la vasodilatación o vasoconstricción entre otros mecanismos. A su vez tiene función sensitiva debido a los receptores del dolor, el tacto y la temperatura que en ella se encuentran. Así como función metabólica que esta dada por la síntesis de vitamina D y el almacenamiento de energía en forma de triglicéridos.
La piel como órgano más externo sufre el efecto de las bajas temperaturas y habrás notado como en los meses invernales se resecan tus manos sintiéndolas ásperas, agrietadas y con picazón. Esta condición a la que llamamos “Piel Seca” medicamente se conoce como Xerosis o Xerodermia y en los lugares de crudo invierno nos afecta a todos. La Xerodermia es una sequedad de la piel no hereditaria ni asociada con anomalías sistémicas. Se debe a una descamación lenta de las células superficiales de la piel, que causa la aparición de una descamación blanca fina.
Entre los factores de riesgo de la Xerosis se encuentran:
· Vivir en una región con clima frío y seco
· Edad avanzada, ya que la capacidad de la piel para retener la humedad disminuye con la edad.
· Dermatitis atópica
· Baños frecuentes, sobre todo si se utilizan jabones fuertes.
· Ciertas afecciones como: Diabetes, Hipotiroidismo y Malnutrición.
La piel seca no suele tener complicaciones si tomamos medidas a tiempo, de lo contrario puede provocar problemas como los siguientes:
Dermatitis atópica (eccema). Si eres propenso a tener esta afección, el exceso de sequedad puede activar la enfermedad, lo que causa sarpullido y agrietamiento de la piel.
Infecciones. La piel seca se puede agrietar, lo que permite que ingresen bacterias y que estas provoquen infecciones.
La piel seca se debe a la pérdida de agua de la capa externa (Epidermis) por lo que debemos tomar acción para compensar esas pérdidas.
¿Qué podemos hacer para mejorar la sequedad de la piel?
Hidrata la piel. Los productos hidratantes sellan el agua para ayudar a que la barrera de protección de tu piel se mantenga sana. Usa productos hidratantes del tipo cremas o mascarillas.
Limita la exposición al agua. Limita el tiempo que pasas en la bañera o la ducha a 10 minutos o menos. Usa agua tibia, no caliente. Enjuágate y sécate con toquecitos suaves. Trata de bañarte no más de una vez al día.
Usa productos libre de alergenos. Prueba un gel para ducha o un jabón hidratante sin fragancia y sin alcohol ni sustancias que causen alergias (jabón hipoalergénico), especialmente si te lavas las manos con frecuencia. Enjuágate bien y sécate con toquecitos suaves. Aplica una crema hidratante mientras la piel todavía esté húmeda.
Enjuaga e hidrata la piel después de nadar. Esto es especialmente importante si nadaste en una piscina con mucho cloro.
Bebe al menos dos litros de agua al día para ayudar a mantener todos los tejidos del cuerpo bien hidratados, incluso la piel.
Cuidemos nuestra piel ya que es el traje que siempre llevamos no importa a donde vayamos.
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